EL SECTOR DEL TRANSPORTE DE MERCANCÍAS POR CARRETERA:
COVID, BREXIT Y FILOMENA.
Aunque pareciera el título de una película de “Almodóvar”, Covid, Brexit y Filomena, desgraciadamente son una realidad que tienen en común que ha afectado directa y profundamente a un servicio que los políticos califican de “esencial” cuando de él necesitan y de contaminante, dañino para las infraestructuras y peligroso para la seguridad vial, el resto del tiempo, y solo válido para pagar más y más impuestos, (peajes, ITV, impuestos hidrocarburos, impuesto Municipal, etc., etc.). Pero la realidad es que el transporte público de mercancías por carretera, con sus más de 100.000 empresas da empleo directo a unas 300.000 personas en España, y además, y para que nos entendamos, es aquel que lleva las vacunas a los hospitales, los medicamentos a las farmacias, la gasolina a las estaciones de servicio, los alimentos a los supermercados, la ropa a las tiendas y todo aquellos bienes y productos que necesitan las distintas industrias y empresas para su funcionamiento…, si de ese hablamos.
La Federación Gallega de Transportes, Fegatramer, considera que la Covid-19, dañó profundamente la economía de España y lo sigue haciendo, y por lo tanto también a sector del transporte, un sector que tuvo que enfrentarse a la administración en un primer momento para poder salir a la carretera, “porque al inicio de la pandemia se quería limitar la salida de los camiones”, hasta que se llamó su atención y se les hizo ver que eran necesarios más que nunca los camiones prestando sus servicios, de esa primer momento de confrontación se pasó a considerar el transporte público de mercancías por carretera como un servicio esencial durante la pandemia, pero de poco o nada le ha valido ese pequeño reconocimiento, porque en poco tiempo se ha vuelto a la situación de anterior, es decir de abandono e indiferencia, que tradicionalmente han mantenido las distintas administración con respecto al sector, salvo excepciones.
El Brexit, las empresas de transporte de mercancías por carretera y sus conductores ha pagado el pato no solo por una mala gestión del Covid-19 por los distintos Gobiernos y la propia UE, sino, también y especialmente por las tensas negociaciones del Reino Unido y la Unión Europea, y a consecuencia de ello, durante el pasado mes de diciembre hemos visto a los conductores profesionales y sus camiones, literalmente tirados en arcenes, áreas de servicio, recintos portuarios y aparcamientos improvisados en aeropuertos sin uso, y ello, por la desidia y la cerrazón de los líderes políticos, las imágenes que se pudieron ver hablaban por sí solas del abandono y el poco valor que se le da a una actividad fundamental para que la sociedad actual mantenga su forma de via. Pero, desgraciadamente, estas colas, no es algo nuevo, lógicamente en mucha menor medida, pero se pueden ver diariamente, en muchos puertos y centros de carga de distintos puntos de España, donde los conductores deben de esperar horas para cargar y descargar, y en muchos casos hacerlo ellos mismos, sin que ninguna administración tome medidas ni les importe, incluidos a los responsables de la prevención de riesgos laborales.
La Filomena, más allá del nombre, están sus consecuencias, esas, que no sabemos porque no se pudieron prever con los medios actuales y en consecuencia haber tomado algunas medidas preventivas para paliar al menos en parte las mismas, pero la realidad es que quedaron atrapados más de 11.000 conductores profesionales en toda España con sus camiones y mercancías. Nada se había previsto y pocas medidas o al menos insuficientes se tomaron antes y después, salvo alguna para la galería, como prohibir la circulación de camiones en Cataluña, eso sí una vez que estos estaban atrapados, pero sin dar soluciones reales, ni medios para solucionar el problema, es verdad que las nevadas han sido históricas, pero los medios actuales de previsión y de actuación no son iguales a los de hace 50 años, pero claro hay que ponerlos en marcha y saber utilizarlos.
